Artículos de Arte

Faber est suae quisque fortunae

Los avatāres de Viṣṇu (II)

En el anterior artículo hablamos de los cinco primeros avatāres de Viṣṇu. Ahora en este artículo vamos a desarrollar las leyendas del resto de los avatāres principales.

6 - Paraśu-Rāmāvatāra, Paraśurāma o "Rāma con el hacha".

Con la sexta encarnación o avatār de Viṣṇu, comienza una serie de avatāres protohistóricos ó históricos del dios, entre los que se cuentan sobre todo Rāma, Kŗşņa y Buda.

La India temprana experimentó una larga disputa entre dos castas en torno al predominio en el imperio antiguo: la casta sacerdotal o brahmánica y la guerrera o casta Kşatriya. La casta guerrera, que se situaba en el segundo lugar del sistema, quería desplazar a la casta superior de los sacerdotes. Mientras duró esta controversia, Viṣṇu se encarnó como "Rāma con el hacha" (Paraśu-Rāmāvatāra) a fin de restaurar el orden y consolidar el sistema predominante.

Paraśu-Rāmāvatāra era un brahmín que fue visitado por el rey en su eremitorio y, dado que estaba ausente, éste fue agasajado por su padre Jāmadagnya. Jāmadagnya poseía a Sabala, la vaca maravillosa que podía cumplir todos los deseos. El rey estaba tan impresionado que quería adquirir la vaca a cualquier precio, pero dado que, pese a todo, Jāmadagnya no cumplió con el deseo del rey, éste mandó que lo mataran y robó la vaca. Paraśu-Rāmāvatāra se irritó tanto a causa de la sanguinaria acción del rey, del linaje de los Kşatriya, que juró vengarse de él; entonces quiso matar a todos los Kşatriya, pero en vez de eso instauró, de una vez por todas, la supremacía de los sacerdotes brahmánicos en el orden de las castas.

Izquierda: Imagen de Paraśurāma en Rani Ki Vav (Pozo escalonado) en Patan, Gujarat, India. Derecha: Imagen de Paraśurāma  a la entrada del Paraśurāma Hindu Temple, en Thiruvananthapuram, Kerala, India.

Izquierda: Figura de Rāma, en bronce, India. 

Derecha: Figuras de Rāma y Sitā, en porcelana, de la Casa Lladró, España

7 - Rāmāvatāra, el héroe Rāma

De los avatāres de Viṣṇu, o sea, de sus encarnaciones, la séptima (como el héroe Rāma) y la octava (como el radiante Kŗşņa) son las más populares en toda la India.

Rāma es, en la mitología Hindú, como el rey, el hijo y el hermano ideal y su consorte Sitā no es en absoluto inferior a él como esencia de una esposa fiel y entregada.

La leyenda del príncipe Rāma y de Sitā, la de los ojos de luna, es famosa ante todo a través del Rāmāyana, poema épico cargado de mitos: "Gracias a una iconografía casi ilimitada y a una supervivencia en el teatro y en la literatura de consumo (cómics), el héroe Rāma, el invencible, el que tensa el arco y el amigo de las artes, y su consorte Sitā, la que nació del surco de un arado y que funciona como diosa de la vegetación, igual que Hanumān, hijo de un dios del viento, son tan imprescindibles para el Hinduismo actual como Gaņeśa, el sabio sibarita en forma de elefante, o el omnipresente Kŗşņa" (Günter Metken).

El Rāmāyana es una de las epopeyas literarias más importante de la India antigua, su héroe es Rāma, y está compuesto por 24.000 versos, divididos en 7 volúmenes. Su existencia ya se menciona en el siglo III a.C., aunque el escritor bengalí Bhaktivinoda Thakur (1838-1914) afirmaba que fue escrito en el siglo V a.C. El Rāmāyana tuvo una importante influencia en la poesía sánscrita, principalmente a través del establecimiento de la métrica śloka. Sin embargo, como su primo épico, el Mahābhārata, el Rāmāyana no solamente es una historia ordinaria. Contiene las enseñanzas de la India.

El Rāmāyana del poeta Vālmīki, la versión más antigua de esta epopeya, es la base de diversas versiones del Rāmāyana que prevalecen en diferentes culturas. El texto ha sobrevivido en numerosos manuscritos parciales o completos, estando el más antiguo datado en el siglo XI de la era cristiana.​ El texto actual del Rāmāyana de Vālmīki ha llegado a nosotros a través de dos versiones diferentes, procedentes del Norte y el Sur de India. Fue dividido tradicionalmente en siete libros, que tratan de la vida de Rāma desde su nacimiento hasta su muerte.

  1. Bala Kāņda ("capítulo de la infancia"): detalla su milagroso nacimiento, sus primeros años en Ayodhyā, la muerte de los demonios del bosque a solicitud de Vishuāmitra y sus bodas con Sitā.
  2. Ayodhyā Kāņda ("capítulo de Ayodhyā"): Dāsharatha sufre por la promesa hecha a Kaikeyī al inicio del exilio de Rāma.

  3. Aranyā Kāņda ("capítulo del bosque"): describe la vida de Rāma en el bosque y el rapto de Sitā por Rāvana.

  4. Kishkindyā Kāņda ("capítulo de Kişkindhā, el reino Vānara"): Rāma se hace amigo del mono Sugrīva y el ejército vānara (de simios y osos) inicia la búsqueda de Sitā.

  5. Sundara Kāņda ("capítulo hermoso"): en el que Hanumān viaja a Lańkā, encuentra a Sitā prisionera y lleva las noticias a Rāma.

  6. Yuddha Kāņda ("capítulo de la guerra"): narra la guerra entre Rāma y Rāvana y el retorno del victorioso Rāma a Ayodhyā y su coronación.

  7. Uttara Kāņda ("capítulo final"): narra la vida de Rāma y Sitā después de su retorno a Ayodhyā; Rāma echa al exilio a Sitā; muerte de Sitā y de Rāma. ​

Izquierda: Imagen de Kŗṣṇa, siglo XII, en el Chennakesava Temple, Karnataka, India.            Derecha; Imagen de Kŗṣṇa, en The National Museum of Nepal, Kathmandú.

8 - Kŗṣṇāvatāra, Kŗṣṇa (el Negro o el Atractivo).

Kŗṣṇa es para sus seguidores mucho más que un avatār de Viṣṇu, ellos lo adoran como el dios supremo por antonomasia. La encarnación de Viṣṇu como Kŗṣṇa tuvo como finalidad poner fin al dominio tiránico del rey Kamsa.

Kŗṣṇa nació como octavo hijo de la princesa Devakī, hermana del rey Kamsa. El sabio Nārada le había profetizado al rey que el octavo hijo de Devakī y Vasudeva le mataría; por ello, mandó que encarcelaran a Devakī y que mataran a sus seis primeros hijos. A su séptimo hijo, el joven Balarāma, sin embargo, no quiso matarlo, pues era una encarnación parcial de Viṣṇu y antes del nacimiento del cuerpo de Devakī había sido llevado en el seno de Rohinī (otra esposa de Vasudeva). El octavo hijo, al que Devakī mismo trajo al mundo, fue llamado Kŗṣṇa, "el negro", a causa del color azul oscuro de su piel. Vasudeva cambió al joven por la hija de un pastor de vacas, que había nacido al mismo tiempo, para salvarlo de las persecuciones de Kamsa.

La niña fue asesinada por Kamsa, pero Kŗṣṇa creció junto a los padres de ésta, Nanda y Yaśodā, que eran pastores. Cuando Kamsa descubrió que lo habían cambiado, ordenó matar a todos los jóvenes de fuerza y vigor extraordinarios. Los pastores se marcharon por ello con su hijo adoptivo a Goloka, acompañados por Rohinī y su pequeño Balarāma. Ambos vivieron una infancia feliz, hicieron muchas travesuras y realizaron algún hecho asombroso, como el siguiente episodio: en el bosque de Vrindā, adonde los pastores se habían trasladado, al séptimo año, el joven Kŗṣṇa obligó a Kāliya, rey de las serpientes, que abandonase el agua del río Yamunā, que se estaba envenenando con él, y volviera al mar. Otra vez, cuando los pastores querían ofrecerle un sacrificio a Indra, el dios de la tormenta, les dijo Kŗṣṇa que en lugar de a éste adorasen a la montaña Govardhana que les otorgaría protección a ellos y a sus rebaños. Cuando Indra, enojado por la pérdida de las ofrendas, dejó caer una terrible tormenta, Kŗṣṇa sostuvo con sus manos la montaña como si fuera un paraguas durante siete días y siete noches y protegió así a los pastores hasta que Indra cedió.

Cuando llegó a la adolescencia, Kŗṣṇa se burlaba con amor de las bellas pastoras. El les robaba la mantequilla y en cierta ocasión, cuando se estaban bañando, les robó también los vestidos y no se los dio antes de que hubieran pasado desnudas ante él. El encanto se daba en ambas partes: en las noches de otoño dirigía con ellas el baile en corro que él acompañaba con su flauta mostrando un gran arte, instrumento que es un componente imprescindible en su iconografía.

En el Mahābhārata se presenta a Kŗṣṇa como el amigo sabio y el consejero de los hermanos Pāņdavas, además de ser el auriga de Arjuna, al que da a conocer la Bhagavadgītā (El Canto del Señor) antes de la decisiva batalla de Kurukşetra.

Izquierda: Avatār de Buda, imagen en la colina de Swayambunath, Kathmandú, Nepal.       Derecha: Buda, siglo XX (bronce, bronce dorado y pan de oro), Nepal (Colección R.Muñoz)

9 - Budāvatāra, Buda (el Inteligente).

Esta encarnación histórica, o avatār de Viṣṇu, será vista por los budistas como un escarnio y como algo sumamente infame. En las leyendas, se cuenta que Viṣṇu vino a la tierra para apartar a los seres humanos de una fe falsa y para separar a los buenos de los malos. Pero ejerció también su poder y su capacidad de convicción sobre los demonios semidivinos (los Asuras), a los que él recomendó ver los textos sagrados de los Vedas como absurdos, lo que debía llevarles a perder su poder y a no hacer daño nunca más a los dioses. Los seguidores de Viṣṇu describían a Buda como el "hijo de la ignorancia" y a los budistas como los "desnudos", pues ellos no llevaban la vestimenta de los Vedas.

Detrás de todo esto, estaba la preocupación de los brahmanes en que la religión budista, pudiera distanciar a los creyentes hinduistas de su doctrina y de su rito (ofrendas al fuego, abluciones purificadoras, adoración de los gurús, etc.)

Izquierda: Imagen de Kalki en Rani Ki Vav (Pozo escalonado) en Patan, Gujarat, India.         Derecha: Imagen de Kalki en Tirumala Tirupati Devasthanam Temple, Chennai, Tamil Nadu, India.

10 - Kalkivatāra, la encarnación en el caballo Kalki (destructor de la impureza).

El final de la era Kali tendrá lugar por obra del décimo y último avatār de Viṣṇu en esta edad del mundo, como encarnación en el caballo Kalki. La era Kali de la oscuridad está caracterizada por la confusión religiosa, cultural y social, de forma que los hinduistas ven en Kalki al redentor que introducirá un nuevo tiempo de pureza, de derecho y de libertad.

Kaiki se representa cabalgando sobre un caballo blanco, con la espada sacada y rápido como el rayo. Ninguno de los seres humanos creados bajo la desgracia afrontará su castigo; después de esto, Viṣṇu se entregará de nuevo al sueño contemplativo sobre la serpiente del mundo para despertar otra vez al comienzo de la era Kŗita que traerá felicidad.

Kaiki se representa en la iconografía como un dios con cabeza de caballo, y con cuatro brazos. En otras ocasiones se representa cabalgando sobre un caballo en la forma usual de Viṣṇu.

Bibliografía

Schleberger, E., Los Dioses de la India, Abada Ed., Madrid 2004

Publicado en Julio 2022  © Ramón Muñoz López