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Faber est suae quisque fortunae
La Bhagavadgītā
La Bhagavadgītā es el texto sagrado más popular de los hindúes, fue compuesto en la India en torno al siglo II a.C., y como muchos de los libros de la literatura India es de autor anónimo. Se le considera uno de los textos religiosos y filosóficos clásicos más importantes del mundo. Es una parte del texto épico del Mahābhārata (compuesto en el siglo III a.C., por el mítico sabio Viasa) y consta de 700 versos en 18 capítulos.
El contenido de este texto es la conversación entre Kŗşņa ―a quien los hinduistas consideran una encarnación de Vişņu (mientras que los seguidores de Kŗşņa lo consideran el origen de Vişņu)― y su primo, además de amigo, Arjuna, al inicio de la batalla de Kurukshetra, en la guerra desatada entre él y sus hermanos los Pāṇḍava, contra sus primos los Kaurava. Respondiendo a la confusión y el dilema moral de Arjuna, acerca de si sería apropiado luchar y ser el culpable de la ruina de su familia, de la ley y el orden, Kŗşņa explica a éste sus deberes como guerrero y príncipe, haciéndolo con ejemplos y analogías de doctrinas yóguicas y vedánticas. En un momento de la conversación, Kŗşņa se revela como el Supremo en toda su gloria y poder, justificando la necesidad de actuar para preservar el orden social y cósmico.
Arjuna y Kŗşņa conversan en el carro de guerra, según se relata en el Mahābhārata.
Le dice Kŗşņa a Arjuna - Capítulo 7 -: "Arjuna, nada existe más allá de mí. Del Universo soy principio y fin. Todo está ensartado en mí, como perlas en el hilo de un collar. Soy el sabor del agua, el resplandor del sol y la luna, el sonido que atraviesa el espacio. Soy la vida de las criaturas, la virilidad del hombre, el vigor del asceta. Soy la sílaba OM de los veda".
Comienza la Bhagavadgītā con el príncipe pāndava Arjuna, que se encuentra repleto de dudas en pleno campo de batalla. Consciente de que sus enemigos son sus propios parientes, amigos queridos y venerados maestros, Arjuna se dirige a su auriga, Kŗşņa, buscando consejo y éste le replica - Capítulo 3 -: "Como te dije antes, oh guerrero sin tacha, hay un doble camino en esta vida: el de los que se entregan al conocimiento (la vía del sāṃkhya) y el de los hombres de acción (el yoga de la acción). No creas que apartándose de las obras cesa la actividad del hombre, ni creas que los que renuncian al mundo logran la perfección. Nadie puede permanecer un solo instante sin obrar, pues todos los seres se encuentran sometidos a la incesante actividad de las energías inherentes a la naturaleza primordial. Cumple por tanto tu karma, pues en este caso la acción es preferible a la inacción. Si te abstuvieses de actuar, tu cuerpo no sobreviviría. Este mundo se encuentra sujeto al karma, los hombres realizan sus actos y asumen sus consecuencias...."
Kŗşņa aconseja a Arjuna con la idea del dharma, es decir, el deber religioso. Como se ha visto, Arjuna desea abandonar la batalla sin intervenir; sin embargo, Kŗşņa le advierte que si no interviene, el orden establecido se rompería.
La conversación entre Arjuna y Kŗşņa es lo que se conoce como la Bhagavadgītā
En resumen, la principal materia filosófica de la Bhagavadgītā es la explicación de los cinco conceptos o «verdades» básicas: Íshuara (Dios), yiva-atma (alma viviente), prakrti (materia), karma (deber), kala (tiempo).
Fundamentalmente, la Bhagavadgītā propone que la verdadera iluminación proviene del crecimiento más allá de la identificación con lo temporal del ego, el "yo falso" y el mundo efímero, de modo que uno se identifica con la verdad de la inmortalidad propia, el alma absoluta o atman. A través de la separación del sentido material del ego, el yogui, o seguidor de un camino particular del yoga, es capaz de superar su ilusoria mortalidad y su vinculación con el mundo material para entrar en el reino de lo Supremo.
En el capítulo final, le dice Kŗşņa a Arjuna: "La divinidad reside en el corazón de todos los seres, Arjuna, y su magia los hace girar como figuras montadas en la noria de un aljibe. Busca refugio en él con todo tu ser, oh Bhārata: sólo su gracia te dará la suprema paz y la morada eterna"
"Aquel que aprenda y estudie este diálogo sobre el dharma me hará una ofrenda dichosa del conocimiento. Aquel que lo acoja con el fervor de la fe y con confianza será liberado e irá al reino de los justos. Esta doctrina, ¡oh Pārtha!, ¿la has escuchado con plena atención? ¿Se han disipado ya las dudas que te angustiaban?
En verdad mi confusión se ha desvanecido y gracias a ti he recuperado la memoria - respondió Arjuna -. Ahora sé quién soy, y haré lo que me dices".
Con estas palabras termina la Bhagavadgītā, un texto que recomiendo encarecidamente a todos aquellos que les guste la filosofía oriental y cuya mejor traducción al castellano es la que se puede ver más abajo de Juan Arnau.
Bibliografía
Arnau, J., Bhagavadgītā, Edición bilingüe, Ed. Atalanta, Girona, 2015
Publicado en Diciembre de 2019. © Ramón Muñoz López